Nunca se ha conocido en Claret Larraona un Festival de Solidaridad con tanta afluencia de familias como el celebrado este pasado 7 de mayo. Todas las previsiones se han superado con creces. El buen ambiente, la participación, el número de personas colaboradoras, reflejaban la necesidad de encontrarnos de nuevo, de volver a una normalidad después de dos años de parón derivados por la pandemia.
El Festival de Solidaridad ha sido el colofón de la campaña que se ha celebrado en Claret Larraona durante estas últimas semanas. En las aulas nos hemos centrado en el trabajo de los ODS 7 (energía asequible y no contaminante), el ODS 13 (cambio climático) y el proyecto que Proclade Yanapay nos proponía para apoyar desde el Colegio.
El proyecto de este año consiste en dotar de un sistema de energía solar, que incluye paneles, inversor, batería… y todos los elementos necesarios para proporcionar suministro eléctrico constante a dos escuelas rurales de India, en Nonghyllam (650 estudiantes) y en Possenggagre (265 estudiantes + 60 en el internado), garantizando así unas condiciones educativas de calidad a los niños, niñas y jóvenes de esta zona. El coste de este sistema de energía solar es de 9.000 euros. Las dos aldeas ubicadas en el Estado de Meghalaya (“encima de las nubes”), en el Noreste de India, en la frontera con Bangladesh. Ambas acompañadas por los Misioneros Claretianos.
Ya el jueves 5 de mayo, el alumnado del Colegio, tuvo la oportunidad de participar en el proyecto con el bocadillo solidario. También desde Educación Física se pudo colaborar con kilómetros-kilowatios de solidaridad. El viernes 6 se retomo la cena solidaria y el txungu-txungu con el alumnado de Secundaria y Bachillerato.
El sábado comenzó con un día primaveral que adelantaba el clima que iba a darse en el Festival. Para las 10:30 el chupinazo y la puesta en marcha de todas las actividades: encierro txiki, gigantes, juegos para los más peques, apertura del bar, mercadillo solidario, torneo 3×3, cuentacuentos, Eucaristía, mercadillo, comercio justo … y como aroma de fondo las cuatro paelleras gigantes que con el contenido que iba rehogándose abrían el apetito de todos los presentes.
Los nervios y prisas de los organizadores y encargados de los diversos puestos fueron mitigándose por el maravilloso ambiente, caras de felicidad y buen momento que estábamos pasando todos los presentes.
Una vez que comieron los más peques su paella o su hamburguesa se fueron a jugar al patio o a ver una película. Sus puestos en el comedor fueron ocupados por los adultos, que además de disfrutar de una estupenda paella, pudimos disfrutar del encuentro y de la sobremesa.
Después de la comida, más actividades: Gymkanas para todo Primaria, pintacaras, talleres, 3×3 para Secundaria, zumba, concierto organizado por alumnos de 3º de la ESO, chocolatada, gofres y el clásico sorteo solidario.
Una vez terminado el sorteo se comenzó la gran recogida y limpieza solidaria. Algunas familias son veteranas en estas lides y este año se sumaron más manos que ayudaron a que el Colegio, Claret Larraona, volviera estar listo y limpio para el lunes.
Muchas personas y algunas entidades hacen posible que este Festival de Solidaridad de Claret Larraona sea posible. Gracias a todos los que hacéis posible la solidaridad, siempre tan necesaria, gracias a los que habéis aportado vuestro granito de arena. El Festival ha finalizado, pero el seguir sumando entre todos gestos de solidaridad no.
Entre todas las personas, ¡Sigamos haciendo posible la solidaridad!