En octubre ha tenido lugar una de las experiencias de aprendizaje más significativas para los niños y niñas del Aula 2 años de Claret Larraona: el taller sensorial de otoño. En esta actividad han podido conocer la estación de una manera creativa y estimulante, desarrollando el conocimiento a través de los sentidos y las inteligencias múltiples, entre otros aspectos.
El taller tenía lugar en la sala de usos múltiples del Aula 2 años, donde los pequeños vivían la experiencia en grupos pequeños, de 4 a 6 alumnos, durante los días de octubre. Las educadoras habían preparado previamente el espacio de modo que no hubiera ningún material que no estuviera relacionado con el tema: “Ambientamos el aula de manera otoñal con objetos como palos, piñas, castañas, hojas secas, frutos de temporada, etc., además de otros materiales que sirvieran para el juego, como tarros y cucharas de madera, que pudimos reunir gracias a la ayuda de sus padres. Pusimos todo de manera estética para que llamara su atención y les invitara a manipularlos y a experimentar con ellos”, explica la tutora del grupo, Miriam Martínez.
La experiencia duraba una media hora y en ella los pequeños exploraban de manera autónoma, con la única intervención de las educadoras si ellos las reclamaban o ante la posibilidad de conflicto o de peligro. “Se trataba de darles un ambiente cuidado y tranquilo en el que fueran protagonistas de su aprendizaje a través de la exploración, por eso considero que es un conocimiento mucho más significativo para ellos: podían oír (les pusimos CDs con el sonido del otoño en la naturaleza), tocar, oler, ver y degustar, hacer juegos simbólicos, desarrollar el pensamiento abstracto y la motricidad fina, que es tan importante que trabajen en los años previos a la lecto-escritura. Las manos son su herramienta principal de conocimiento y con ellas podían manipular y crear lo que quisieran”.
Esta intensa experiencia de aprendizaje se fundamenta en los principios psicopedagógicos del Proyecto Educativo de nuestro centro ya que además de fomentar que los alumnos sean su propio motor de aprendizaje, el taller sensorial facilita el aprendizaje a través de las inteligencias múltiples. “En el taller sensorial aprenden y disfrutan desde diferentes experiencias cognitivas, por eso percibimos qué inteligencias tienen más desarrolladas: algunos se esmeraban más en ordenar objetos, de modo que tienen más desarrollada la lógico-matemática, a otros les estimulaba más la música y los sonidos, lo que lleva al terreno de la inteligencia musical, por ejemplo… y por supuesto todos trabajaban la naturalista y la corporal”. “En definitiva –continúa Miriam– el taller sensorial ayuda a un desarrollo global de sus habilidades y les ayuda a entender mejor qué supone para ellos el cambio de estación”.
En el Aula 2 años, que en este curso previo a 3º de Infantil acoge a 22 pequeños, los alumnos disfrutan de talleres sensoriales como mínimo una vez al trimestre. Estos talleres son un complemento de su aprendizaje diario en el aula y en ellos trabajan temas transversales del curso, como son las estaciones del año, los colores o el reciclaje, tema que las educadoras quieren abordar en el próximo taller, que tendrá lugar en el segundo trimestre.