Después de una vida docente entregada y generosa, le ha llegado el momento de la jubilación a nuestra compañera Pilar González Arana. Así de sonriente recibía el regalo de parte de toda la Comunidad Educativa. Muchas gracias por todo lo vivido en estos años.
Lejano queda en el tiempo aquel 18 de septiembre de 1982, cuando entrabas en el Colegio Cardenal Larraona para ejercer como profesora. Seguro que ni soñabas que en este centro ibas a pasar los siguientes 38 años de tu vocación docente.
Por tu clase han pasado cientos de niños y niñas, que han podido disfrutar de tu entrega generosa, de tu guía segura, de tus sabios consejos, de tus caricias en momentos de desasosiego, de tus palabras de ánimo en los momentos bajos. ¡Cuántas veces habrás consolado, curado y sanado!
Pero, lo más importante, Pilar, es que tú has pasado por la vida de esos cientos de niños y niñas, y has sabido dejar, seguro, una huella indeleble, que perdurará en su memoria.
En todos estos años has visto, y quizá padecido, distintas reformas educativas, pero seguro que lo fundamental lo has vivido a pie de clase, con la sabiduría que aporta la experiencia diaria y el trato continuo con los niños y niñas. Un buen tesoro de experiencias que perviven en tu recuerdo y en tu corazón.
Aquí nos dejas, con un recuerdo agradecido por tu entrega constante y generosa, y te acompaña nuestro agradecimiento porque has sido y serás siempre parte de Claret Larraona.
¡Disfruta de tu merecida jubilación!